Archivos para abril, 2016

Adulto

Publicado: 10 abril, 2016 en Sin categoría

No hay peor sentimiento que sentarse a escribir algo, pero al llegar al punto en que todo esta listo, ya has olvidado por completo lo que querías decir.

No hallo las palabras para expresar la creciente desilusión con mis fines de semana, se cumplió la profecía de «trabajar para descansar» y «descansar para trabajar». Dentro del hueco oscuro, oculto en el fondo de mi corazón me sigo preguntando que soy yo.

Me pregunto si la vida será siempre una mecedora, una cadencia que avanza y retroced, jala y estira, que duerme y despierta. Me pregunto si soy demasiado diferente o demasiado normal. Demasiado aburrido. Demasiado vacío.

Me pregunto si me he vaciado por completo. Si no sería mejor simplemente seguir adelante sin la esperanza de salir de este letargo invisible. Bajar la ventana, cerrar la cortina y solo mirar hacia adentro.

Que siento envidia y no puedo evitarlo, pero no sé en concreto a que le tengo envidia. No quiero cambiar. Probablemente no voy a cambiar. No quiero ir los fines de semana a ver películas que realmente no me interesan, ni comprar servicios de entretenimiento que rara vez usare. Mientras tanto, las cosas que quiero hacer se pierden en la flojera interminable, el ‘ahorita’ de los mexicanos, que solo existe en años bisiestos. La cuesta se hace más empinada a cada instante.

No puedo retractar las decisiones que he tomado. Quizá esa es otra parte de lo que significa ser un adulto. Creo que ya he ponderado el significado en alguna otra parte de esta historia. No soy una persona nocturna. Me gusta el silencio en la madrugada y dormir a mis horas. No quiero recordar los sentimientos que hervían dentro de mí al recibir aquellas llamadas en la madrugada. No quiero tener que ver a alguien tambalearse por debilidad, y sin embargo, ser obligado a ponerme una venda sobre los ojos y a coser mi boca. Ya tuve suficiente de eso para una eternidad.

Al principio, esa soledad que cause en mí no fue mas que el resultado de mi propio capricho. Mi propio sentido de superioridad mal fundado. Era un niño. Quizá a un lo soy. Era mi forma de ser diferennte. Mi forma de decirle a la sociedad que no estaba de acuerdo. Pero nadie escuchaba mis palabras vacías. Eventualmente, mis propositos también se vaciaron y, aunque ahora siento que tengo razones para abstener a mi cuerpo de la privación de mi mente, la decisión no se siente menos vacía que antes.

Me pregunto si algún día tendre la oportunidad de explicar esto a los demás. Me pregunto si podrán comprenderlo. Comprenderme. Y mientras pregunto, no tengo más remedio que albergar la esperanza en mi una vez más y resistir este silencio que desgarra el corazón.

Meollos

Publicado: 3 abril, 2016 en Sin categoría

Es de noche. El tiempo corre, a pasos danzantes, pide limosna a medida que dobla el paso. Nadie se la da. De noche conduce intrepido, lleno de testosterona y de infortunio. Las palabras no significan nada. Las palabras ya no alcanzan, no son droga suficiente para mantener al monstruo dentro de su cabeza contento y sonriente. Ruge y arrastra los pies dentro de su craneo, demandando justicia y tributos, salario y sacrificios. Su voz ahoga el pensamiento.

El peso de la gravedad se duplica. Sobre su espalda, el sudor frio corre desenfrenado, lleno de miseria y esperanza. No puede ser uno o lo otro. Tu voz se rie de la ironia.

A veces, las imagenes destellan en su mente, como fotografias, como cortometraje. Los recuerdos no son color sepia, son vividos y coloridos. Se retuercen de vida, luchan con fuerza por renacer de las cenizas, solo para arder en llamas una vez mas.

Todo se repite. Tiene miedo, pero su cara muestra la misma mueca estoica de siempre. La cara del hedonismo viene a su mente, pero la espanta. Se rie de ella. Jamas. Jamas. Jamas. Las palabras se funden en el aire, pierden su sentido y el recuerdo desvanece. Sin testigos, la verdad se vuelve invisible. Nada es cierto.

Pero el recuerdo mordisquea y lucha. La gravedad se duplica y las formas se vuelven planas. Las palabras pierden su sabor cuando escapan de su lengua. Se aferra al volante con mas fuerza. El ruido del motor lo consuela, lo hace olvidar. Imagina que esta ebrio, pues jamas lo ha estado. El olor a derrota se cuela entre las ventanas. Huele a muerte pero tambien a vida. Mientras tanto, la presion de su pecho aumenta. La silueta de su vida lo mira desde el asiento trasero. No le dice nada, pues no hay nada que decirle.

La ciudad se apaga detras de su camino. Hasta el silencio duerme por las noches y despierta en las madrugadas, para cumplir su cometido otro dia mas. El oxigeno se vuelve pesado, o ¿es acaso su peso el que lucha por soltarse de su alma? La mañana asoma su cabeza, pero la imagen del futuro lo aterra. Mientras tanto, la gravedad se duplica y el mundo se cierra una vez mas, solo para dormir de nuevo hasta que llegue el momento de olvidar.